Las alfombras de seda son consideradas unas de las mejores alfombras del mundo, algunas con más de 60 colores, con un valor equiparable al oro.
La seda es otra de las materias primas naturales de la alfombra persa; su proceso de elaboración comienza con el «trabajo» del gusano de seda, dando como resultado el delicado hilo de seda utilizado en toda la industria textil.
Catálogo de alfombras persas de seda
Proceso de fabricación
Se hilan las fibras de seda según el grosor que se necesita, algunos hilos necesitan de 8 a 24 de estas fibras según la necesidad de los tejedores o productores. La siguiente fase para el hilo de seda es el teñido y se lleva a cabo según el método tradicional. Casi todos los colores que se usan para teñir la seda se obtienen de la naturaleza y provienen de plantas, raíces y frutas. El hilo de seda se hierve con tintes a base de hierbas y después se deja al aire libre para que se seque; en el paso siguiente se lava con agua y se deja secarse, para que esté completamente listo para ser utilizado en la alfombra. Después de haberse teñido todos los hilos, se ordenan según el tamaño y el diseño de las futuras alfombras persas.
El tejido manual de las alfombras persas capta la atención por el movimiento de los dedos sobre la trama y urdimbre de la alfombra y la imagen de los colores y traspasan la cultura y la identidad de la alfombra persa a las futuras generaciones. Hay que sentarse al lado de los artesanos para ver el verdadero esfuerzo que supone realizar estas obras de arte persa, que puede durar hasta dos años y medio. Después del tejido de una alfombra llega la fase del pulido y recorte, para dar a la alfombra una superficie plana, lisa y suave. Al estar hechas a mano, puede que haya errores, así que las posibles desviaciones son reparadas a mano o a veces con la máquina de estiramiento y a una temperatura adecuada. El resultado final es un mar de colores, nudos y diseños que, según los psicólogos, crea tranquilidad.